DIEZ MIL METROS BAJO EL AGUA

Jorge Iván Cadavid Estrada a sus 50 años desea una segunda oportunidad para salir de las calles pero el Gobierno no presta las medidas necesarias para que él como otros comúnmente llamados “desechables o indigentes” sean rehabilitados.

Jorge Iván Estrada más conocido en las calles como “el profe” viste ropa vieja y sucia, busca en bolsas de basura qué comer y pide en algunas casas reciclaje para obtener dinero que pocas veces es para alimentarse.

Es un hombre enamorado, que en su mirada refleja la esperanza de tener una segunda oportunidad a sus 50 años; es una persona que aceptaría la rehabilitación para no morir así, que se arrepiente de sus decisiones pasadas y que ha vivido bajo una sociedad con prejuicios.

Por ello, aún con la lucidez que lo hizo grande alguna vez, recuerda con tristeza los hechos que marcaron su vida, sus estudios, sus noviazgos, muertes familiares, sus trabajos y antiguos jefes, su gran amor, su estilo de vida y la razón por la cual decidió refugiarse en la drogadicción, motivo por el cual ahora es etiquetado en la sociedad como habitante de la calle.

Jorge Iván nació en Itagüí, vivió allí hasta los tres años, luego su padre aceptó trabajar en el Banco Cafetero por lo cual se trasladaron para Manizales; vivieron 8 años allí y luego junto a su familia comenzaron una nueva vida en Bogotá.

Cuenta Estrada que el dolor de su padre fue haber quedado pensionado, pues trabajaba en auditoria donde viajaba gran parte de su  tiempo. Luego de haber quedado pensionado, al año murió. Dice Jorge Iván: --Dicen que fue leucemia, en todo caso fue relacionado con el estomago, yo tenía 24 años, cuando él murió en 1983.



Jorge Iván salió del colegio en el año 77, mientras a la universidad entró en el 78 y terminó en el  89, estudió filosofía en la Universidad Nacional, la cual tuvo dos años de cierre, en un par de años pidió aplazamiento de semestre porque tenía la necesidad de dedicarse únicamente a trabajar. Él no terminó la carrera, debido a la falta de monografía. Cuenta que humildemente hizo su carrera,  pero en sus años de estudiante no creía en sí mismo. --Eso fue lo que me pasó toda la vida. Intenté dar clases en un colegio de muchachas de décimo grado y una vez me enredé explicando en un salón, todas se rieron de mí y me pegué una achantada tenaz que hasta ahí llegué con la enseñanza–. Iván dice que aquel suceso hizo que lo ayudara a desenvolverse con las personas luego de un tiempo.

En su etapa laboral, realizó corrección de pruebas en El Espectador durante cuatro años, después pasó a Lerner  donde corregía textos, pero sobretodo editando textos médicos y publicaciones por dos años y medio, por consiguiente estuvo en Panamericana donde trabajó dos años, de ahí laboró en la revista médica In da vida con el doctor Maldonado --Que es uno de esos tipos muy respetable, de mucha eminencia ante la audiencia medica colombiana, pero a la hora de la verdad como persona y  dios me perdone, … es una porquería completa, un hombre que no atiende a nadie, que lo único que quería era billete y un señor que ha tenido plata toda la vida, vive en un penthouse y que sin embargo, siempre busca la manera de pagarle menos a los empleados y terminé ganando menos que lo que venía ganando en Panamericana por estupidez mía.  

Aparte de eso,  a Jorge le gustaba su trabajo, pero siempre tuvo el problema de baja autoestima, no creía en sus posibilidades, ni el poder hacer las cosas bien, así que de pronto cuando vio las cosas tan complicadas, dice: “Me despeloté la vida” en busca de una solución.

Un punto menos al Amor

En el tema amoroso tuvo varias novias, una de ellas fue una compañera de la universidad llamada Clara Inés, fueron novios un largo tiempo pero al decidirse por tener hijos, ella rechazó la idea terminando la relación.  Así pues, con su siguiente novia dijo haber tenido la mejor relación, mostrando una leve felicidad en su mirada y su voz, pero se apaga al encontrarse confundido al no saber qué sucedió con ello, su nombre era Noemí, --Ella sí es mi nuevo para mí, ella fue, ella es mi mujer, sigue siendo, porque yo sé que ella me sigue queriendo.


Tuvo pensado casarse con ella, la consideraba el ángel que lo salvaba en cualquier situación, su enamorada, su media naranja, la persona por la cual era feliz pero en ese momento fue cuando recayó en las drogas, probando todo tipo de sustancias. Desde entonces, no volvieron a tener comunicación, sin embargo hace un tiempo la volvió a ver, cuenta Jorge Iván que no lo quiso mirar tal vez porque iba con su madre, pero sintió vergüenza por él, --Yo creo que a causa de no haberme enredado con una mujer es que estoy así. Me hubiera casado desde joven.

Actualmente sus amigos de universidad, sus vecinos en la Candelaria al verlo recibe varias emociones, algunos lloran, lo maltratan, lo humillan pero a pesar de eso, el estar en la calle para él no es vergonzoso ya que no es ladrón, ni le gusta intimidar a las personas --Desde pequeño mi mamá me enseñó a respetar a las personas.

Un enamorado sin media naranja

"Enamórense, ya que es lo más bonito que puede hacer uno en la vida, en últimas porque el amor es lo que le da a uno autoestima, sobretodo enamorarse de la vida también, digamos tal vez es por eso es que yo sigo aquí, a veces las ganas de no vivir son las que me mantienen con vida. Además, yo intenté suicidarme más de una vez y fracasé. Así que estoy condenado a vivir".
Jorge Iván Estrada.

Dentro de sus anécdotas un tiempo atrás fue atacado por otro habitante de la calle al tratar de quitarle lo que él fumaba, al intentarlo lo apuñaló en la parte de inferior de su pierna derecha, al no tener dinero duró una semana con la pierna herida y decidió ir a un hospital en Hortua, el médico le dijo que si hubiera tardado dos días más, le habría amputado la pierna.
   “Tal vez me quede algo de tiempo para ver todas las cosas 
que hice mal y así poder empezar a hacerlas bien


A pesar de que sufre de úlcera, comenta que cada mañana sale a trabajar ya sea pidiendo monedas, reciclando, buscando en bolsas de basura, y debido a que mucha gente lo conoce a los alrededores de la Candelaria le guardan el papel de las fotocopiadoras, haciendo de algunos días, bultos de papel.

Por otra parte, en un futuro dice tener dos posibilidades, morir o cambiar completo y radicalmente su vida, aunque dice que lo más probable es que en un futuro ya no lo veamos,  --Si de pronto llego a cambiar radicalmente mi vida, me gustaría verme intentando hacer bien las cosas de nuevo, yo ya estoy viejo y acabado pero si pudiera devolver el tiempo que es imposible, tal vez me quede algo de tiempo para ver todas las cosas que hice mal y así poder empezar a hacerlas bien.

Así como Jorge Iván o su hermano, hay miles de personas que recaen en la droga diariamente y al no tener lugares de rehabilitación en la ciudad o en los cuales, dejan salir personas sin una recuperación completa. Por otra parte, la Secretaria Distrital de Integración Social, comunicó por redes sociales a los ciudadanos el maltrato, violaciones y decadencia de los sitios que la Gobernación en un principio planteó para ayudar a éstas personas.

Así, comúnmente vemos vandalismo, entre ellos o hacia ellos, el “indigente” que roba es asesinado por un policía armado o un vigilante de estación, aún así en ellos está la esperanza de poder salir de este mundo que buscaron y del cual ahora quieren salir, cómo lo dijo Jorge Iván: “yo toda la vida he estado diez mil metros bajo el agua”.