La ceremonia de convertirse en un año más viej@ la odio con todo mi ser.
Cumplo 26, para algunos es una edad corta, para otros no tanto, para mí es horrible.
Tener que escuchar frases como: "El hijo de tal a tu edad era millonario, este otro era un reconocido jugador, tú hermana ya había conformado una familia, este otro era uno de los empresarios más importantes del país, el otro sanaba gente, era un importante arquitecto, tenía su tercer maestría y doctorado... " en fin. Solo sirve para que te recuerden que solo eres un insignificante ser en medio de todo un universo.
Tras recalcar lo que sabes, solo quieres estar el resto del día encerrado en una habitación, acostarte en la cama y llorar hasta que sean las 12 del día siguiente.
Cumplir años es recordar que eres menos que los demás, que las metas del año anterior se fueron a la basura, que tu vida no resultó como la planeaste, que todo ha salido mal desde hace muchos años, que sigues enferma, que estás más gorda, más fea, sigues más sola que nunca y que este ha sido un año de mierda.
Por eso odio este mes y desde días anteriores he estado en constante negación sobre la fecha, pero inevitablemente llegó y solo queda esperar las típicas llamadas de parientes que lo hacen por obligación, la visita familiar, las publicaciones en algunas redes y una agotadora felicidad falsa ante los demás.