Michelle Bachelet, la primera mujer en lograr la presidencia de Chile

(Escrito en junio de 2017)

La política chilena ha sido influenciada por el recorrido político de su padre, el general de brigada aérea Alberto Bachelet, un militar de ideas liberales, que luego de un golpe de estado de Augusto Pinochet en el año 1973, fue detenido y torturado hasta la muerte.
Foto: Maria Candelaria Lagos/Colprensa

Su infancia fue difícil por eso fue a vivir con su familia en Estados Unidos alrededor de 1962 donde terminó el colegio e ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile en 1970.

Simultáneamente inició a militar en la Juventud Socialista para apoyar la “Revolución a la chilena” durante los días de gobierno de la Unidad Popular (UP), que contrarrestaba el boicot de sectores en la derecha bajo la gestión de Salvador Allende.

Cuando estudiaba en la universidad fue testigo del asalto militar al Palacio de la Moneda en el que se derrocó a Allende, el mismo día que el general Alberto Bachelet fue acusado de traición a la patria.
En el año 1975, ella y su madre, Ángela Jeria, fueron arrestadas por dos agentes de la DINA (Dirección de Inteligencia Nacional) y las llevaron a Villa Grimaldi, allí fueron torturadas.
Luego de varias semanas, recuperaron su libertad, fueron exiliadas en Australia, se reunieron con su hermano Alberto y se trasladaron a la República Democrática Alemana.
Ella se casó con el arquitecto Jorge Dávalos (chileno), con quien tuvo tres hijos, Sebastián, Francisca y Sofía. Terminó estudios en medicina y en Chile se licenció como médica cirujana. Trabajó en una ONG de protección a la infancia en la que buscaban y protegían a los hijos de detenidos y desaparecidos de Santiago y Chillán.
En los años 90’ se incorporó a la Comisión Nacional del SIDA, pero empezó a tener responsabilidades en el ámbito político, pues cuatro años más tarde, hacía parte del equipo del Ministerio de Salud como asesora de atención primaria y gestión de servicios de salud.
Entonces  las relaciones entre el mundo civil y militar se normalizaban y por ello, decidió hacer un curso de estrategia militar con una beca en estudios especializados en defensa militar en Washington. Al regresar a Chile en 1998, se incorporó al Ministerio de Defensa.
Las filas del Partido Socialista se afianzaban  por lo cual, se convirtió en miembro del Comité Central donde formó parte de la Comisión Política. Es así que en el mandato de Ricardo Lagos, se convierte en ministra de salud, con lo cual logra una reforma al sistema y mejora la atención primaria en el mismo ámbito.
En el 2002 fue titular del Ministerio de Defensa, un cargo que ocuparía una mujer por primera vez en América Latina. Ella impulsó planes de modernización de Fuerzas Armadas (FACH) e introdujo la igualdad de género en las fuerzas de seguridad, también hubo reforma en el servicio militar obligatorio.
Michelle renunció para prepararse para elecciones presidenciales en las que sorprendió, pues en primera vuelta se impuso con un (45,9%) dada a conocer en diciembre de 2005.
Desde la reinstauración de la democracia, el centro izquierda chileno tenía la potencia en Senado y comicios electorales. En la segunda vuelta del 15 de enero de 2006 logró una victoria del 53,49% frente a su rival Sebastián Piñera con un 46,51%.
Para amar no hay condiciones. Para seguir avanzando hacia un Chile inclusivo, hoy firmé el proyecto de Ley de #MatrimonioIgualitario.
El 11 de marzo de 2006 su predecesor le impuso la banda presidencial, mientras su país aún presentaba vestigios de tradición conservadora, machista y clerical.
En su discurso de posesión, expresó: “Soy mujer, socialista, divorciada y agnóstica”. Igualmente, prometió poner en marcha su programa de gobierno de cien días con reformas en áreas como el sistema electoral y seguridad social.  Bachelet agregó: “La política entró a mi vida destrozando lo que más amaba. Porque fui víctima del odio, he consagrado mi vida a revertir su garra y convertirlo en comprensión, tolerancia y, por qué no decirlo, en amor”.
En los primeros cien días cumplió las 36 medidas que prometió durante campaña electoral. Dentro de esas estaban: un nuevo sistema previsional, la reforma de la educación preescolar y una mejora de la calidad de vida en las ciudades.
Se pronunció sobre la Ley Orgánica Constitucional de Educación (LOCE), que significó el primer obstáculo de peso para su gobierno. El paro de los estudiantes de secundaria (mayo), la posterior remodelación del gabinete (julio) y las críticas al diseño del nuevo sistema de transportes de Santiago ("crisis del Transantiago", primeros meses de 2007) provocaron que descendiera el índice de aceptación de su imagen, que bajó del 60% inicial al 54%.
Ganó prestigio internacional con la incorporación de Chile a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en enero de 2010. También se desempeñó como presidenta pro tempore de la Unión de Naciones de América del Sur (Unasur) en el 2009.
Foto: Xinhua/Colprensa
Ella tuvo una aceptación alta por parte de la ciudadanía chilena (80%) que se adjudicó a la estabilidad económica gracias a exportaciones de cobre y el carisma de la mandataria.
Cuando terminó su presidencia, se incorporó a la ONU para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer (conocida como ONU Mujeres). Ese mismo año, anunció su nueva candidatura donde logró en primera vuelta un 46,7%.
Su contrincante entonces era la candidata de la derechista Alianza, Evelyn Matthei, que obtuvo un 37,38% en segunda vuelta frente a un 62,16% de Bachellet; así logra llegar al mandato el 11 de marzo de 2014 que se extiende hasta el 2018.
Para el portal BBC Mundo, ella es categorizada como: “La candidata de la Nueva Mayoría –la coalición de socialistas, comunistas y democracia cristiana que sustituyó a la Concertación”, pues tiene una herencia del primer gobierno donde empatizó con la ciudadanía.
Para El País, ella tuvo un nuevo discurso que vino acompañado de los principales reclamos de  los movimientos sociales que se manifestaron durante su mandato y, especialmente, bajo el gobierno del pasado presidente, Sebastián Piñera.
El Mundo  la catalogó como una de las mujeres más influyentes de América Latina con la transformación de su país y las reformas que llevan a la mejora social. Mientras ABC, refuerza el mensaje que envía la mandataria para impedir y proteger a los afectado de la violación de derechos humanos que sobreviven de las épocas militantes.